CARTA ABIERTA A REVILLA
Señor Revilla, siempre fue usted un cantamañanas, antes y después de llegar a la presidencia de Cantabria; y, sobre todo, durante su mandato infame. Dos legislaturas tramposas, populistas e indecentes que han dejado a nuestra región, ya no en el vagón de cola de toda la cornisa cantábrica, sino fuera de los planes que señalan hasta 2030 y que nos relegan hasta el 2050. Ya no se oirá el chacachá del Ave revolotear entre las montañas y valles de la Tierruca; y que usted, por edad -aunque le deseo larga vida, pero alejado de la política a la que usted hace tanto daño- no verá. Y que yo, a pesar de mediar los cuarenta, veré, si es que lo veo, embutido en uno de esos pañales diseñados para retener las pérdidas de orina.
Ni los viajes en taxi a la Moncloa que lo parió; ni los sobaos ni quesadas que se cuajaron para su fama y egocentrismo; ni su apoyo a Zapatero en las anteriores elecciones generales que dieron como resultado la peor legislatura de la democracia española; ni el paripé absurdo en Monzón de Campos, al más puro estilo de los vendedores de crecepelo del antiguo y lejano oeste; ni las demagógicas declaraciones en las que afirma que ahora, más que nunca, nunca que más, necesita los votos que le coloquen en Madrid para seguir defendiendo los intereses de Cantabria ¿Quiere venir a Madrid? Venga, pero a ver el Rey León. Con un poco de suerte aprenderá lo que es el compromiso, la entrega, la seriedad, la defensa de intereses colectivos y la responsabilidad con aquellos a los que representa.
Porque aquí, en Madrid, todos se ríen de usted, y de paso, por extensión, de Cantabria. Aquí, en Madrid, le ven como un friki graciosete al que llevarían a las fiestas para que les anime el cotarro, pero al que nadie sentaría en una mesa a discutir de temas capitales para este país o para nuestra región. Venga a Madrid y traiga a Dolores Gorostiaga, y se van a Ferraz y se ponen los dos, en amor y compañía, de huelga de hambre frente al bastión socialista. Y si no tiene agallas para ésto, que no las tiene, váyanse los dos a ver el Rey León. O se trae usted a Marcano, que con ese verbo fluido y catedralicio y ese porte de galán venido a menos, triunfaría en Chueca y sus aledaños.
Y ahora se siente engañado y traicionado por Blanco, por Alí, por el PSOE, por el FBI y por la UNESCO.
Muchos se lo avisamos durante el trayecto y usted se rió de nosotros convencido de que seguiría en la poltrona. Pues aquí estamos, más o menos por donde dijimos que acabaríamos para desgracia de todos. Y usted quiere venir a Madrid a seguir defendiendo a Cantabria. Pues si quiere defender los intereses de Cantabria, golpéese en el pecho, entone el Mea Culpa y coja carretera de Polaciones. Cantamañanas.