CON CAPACIDAD DE ENCAJE

ENTRE EL PERICARDIO Y LOS SESOS BUSCANDO SENTIDO COMÚN

lunes, 4 de abril de 2011

¿Montesquieu ha muerto?

Al menos eso afirmaba el ínclito Alfonso Guerra: Montesquieu ha muerto. Y no lo tengo lo suficientemente claro. Si el juez Garzón me hiciese el favor de pedir el acta de defunción del francés – a él, que también se le da pedir actas de defunción-, acabarían mis dudas.
Lo que no me extraña nada, pero nada nada, es que Alfonso Guerra hiciese tal afirmación viniendo del PSOE. Ellos, tan acostumbrados a meter la mano en el poder judicial; a quitar fiscales que nos les bailan el Waka-Waka; a repartirse, junto al PP, los órganos más relevantes, como el CGPJ y el Tribunal Constitucional; a hablar de jueces progresistas o conservadores, con la complicidad de éstos, sin que la cara se les petrifique como a la mujer de Lot en Sodoma y Gomorra; a amparar a jueces que son capaces de guardarse en el cajón, durante tres años, casos como el del Faisán; a buscar recovecos al Estado de Derecho cuando se trata de negociar con etarras; ellos... Y los otros... Ellos y los otros, como los de Amenábar.
Necesitamos salir de estas arenas movedizas donde todo es barro y cada movimiento nos hunde un poco más hacia donde nos asfixiaremos de barro provocado y permitido.
La independencia del Poder Judicial, frente al apetito insaciable de los políticos, es la garantía que nos queda a los ciudadanos para seguir creyendo, a duras penas, en que esto sigue siendo un Estado de Derecho; que hay alguien que, casi siempre con retraso, pero desde la autonomía y la neutralidad, les pone, cuando se les va la mano, en su sitio, que es al servicio de los ciudadanos o a la fresca.
Y a esta fiesta veneciana, ahora, en Cantabria, se le une el PRC. La proclamación, al menos eso han intentado vistas las formas, de Vicente Mediavilla como magistrado del TSJC, es otra prueba más del poco respeto que se tiene a esa independencia vital para que una democracia lo siga siendo. Como en Roma: ser y parecerlo.
Y no seré yo quien ponga en solfa ni la capacidad ni la disposición del señor Mediavilla. Al contrario, me parece de lo mejorcito que habita en el PRC. Pero un hombre, que ocupa la Consejería de Justicia, que abandona su actividad política hoy, para ser magistrado del TSJC mañana, me parece excesivo. Demasiado peso político para un cargo que necesita ligereza de ataduras, aunque haberlas haylas.
Muy a pesar de Revilla –o quizás no-, la decisión la tendrá que tomar el CGPJ, y estoy en el convencimiento de que elegirán a la persona más adecuada para el cargo. Amén, o por el mar corren las liebres.
Y no, Montesquieu no ha muerto, está secuestrado.

1 comentario:

  1. Felixuco, ¿te gustaría escribir en Diatriba.es? O que pudiéramos con tu permiso al menos reproducir tus artículos. El caso es que somos un grupo de jóvenes escritores con mucha ilusión de emprender esta suerte de revista de opinón virtual y tu fichaje como columnistas sería todo un lujo.

    Disculpa por escribir aquí, pero no encontrábamos otro modo de comunicarnos. ¡Un saludo!.

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